viernes, 19 de diciembre de 2014

Un comercial y regreso......



Algunos meses antes cuando avise a mi familia que me iría de viaje, mi mamá fue la primera persona en oponerse. De cierta manera la entendía, su última hija se iba sola a quien sabe donde y encima con la onda que es dificil encontrar un buen trabajo, que ya no soy chiquilla… me lleno de mil y un razones para ponerme a pensar si estaba haciendo lo correcto. Después de unos meses el cielo se abrió y al terminar su viaje de tres meses en Europa, me dijo que vaya y conozca el mundo (nunca olvidaré ese día quería llorar de la emoción).Algunos me apoyaban muchísimo y estaban felices que por fin me atrevía a hacerlo.

El resto de las personas solo me decía: vas a viajar SOLA?!?! tú estas LOCA, peorrrrr si eres MUJER , NOOO eso es MUY PELIGROSO ….te van a robar, raptar, comer etc etc etc…

Así…la gente siempre habla lo peligroso que es el mundo, de la maldad de las personas y las miles de cosas que pueden pasar viajando. Claro, es cierto, la vida no es color de rosa pero no por miedo voy a dejar de hacer lo que quiero hacer. Ademas, esas mismas cosas me pueden pasar estando en mi ciudad, también hay gente un poco mala onda a veces pero existe más gente buena onda. Mi remedio cada vez que me entraba la duda era esta nota que la tenia pegada al costado del monitor de mi trabajo:




Dejar mi trabajo, la verdad no fue dificil. A pesar de sentirme bendecida de tener un trabajo que me gustaba mucho y me permitía ahorrar dinero para el viaje, hacia mucho que me había dado cuenta que no me apasionaba. Ahora más que el trabajo, extraño a las personas y también este tipo de detalles :











Aparte de dejar por un tiempo mi familia, amigos, Nico. También estaba dejando esas noches de soledad en mi cuarto, escuchando música, pintando, tomándome un vino ….especialmente este año, que pase mucho tiempo disfrutando ahí, haciendo algunos garabatos o simplemente echada en mi cama viendo el parque por si atrapaba alguna estrella.








No había sentido este remolino de emociones hasta la noche antes de partir, era una mezcla de ansiedad, nostalgia, alegría, tristeza, euforia, impaciencia…estaba dejando las “comodidades” por no sabia que… sólo sabía que iba a ser una experiencia única! Me despedí de mi cuarto como casi cada fin de semana con vino, jazz y color.








Perdonnnnnnnn! pero…


Nunca me gustaron, no me gustan ni me gustaran las despedidas, esa fue la razón por la que me fui así, sin despedirme de familia y amigos ( ojalá me disculpen los que se enojaron conmigo)…me da mucha pena, especialmente si son con mi mamá ( si si aunque suene a niñita engreída ) verla con los ojos lagrimosos es una de las cosas que más odio en el mundo, sentir ese abrazo de despedida expresando lo mucho que le costaba dejarme ir me hizo sentir muy orgullosa de ella, porque se que ella quiere que este feliz y así como estoy ahora viajando como un pajarito ( como me decía mi papá) y estoy más que feliz.







Aún no sé cuando volveré a Lima gris, pero sé que el día que regrese muchas cosas en mí habrán cambiado.


C.

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